El impacto de la crisis climática también se sentirá en la gastronomía
TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, ZÚRICH, 04 de octubre, 2019. – La gastronomía cambiará por el impacto de la crisis climática en la producción de los alimentos, reconocen en una entrevista con Efe dos reputados chefs españoles, María Varela e Ignacio Solana Pérez, quienes propugnan adaptarse y renunciar temporalmente a ciertos productos para evitar que desaparezcan.
“El río que pasa por mi pueblo es famoso por su salmón salvaje, pero pescarlo esta prohibido desde hace cinco años porque nos cargamos la especie. Es una medida drástica y me frustra no poder cocinar el producto fetiche de mi restaurante, pero debo ser consciente y educar a mis clientes, explicarles que si en el futuro quieren volver a probar ese salmón, o que lo hagan sus descendientes, no podemos venderlo”, explica Solana.
El restaurante Solana que dirige el chef nacido en la región española de Cantabria recibió en 2012 una Estrella Michelin, que le convirtió a los 31 años en uno de los diez españoles más jóvenes en haber recibido esa distinción.
“La gastronomía, como todo, va a tener que adaptarte a muchas cosas, como los cambios en la estacionalidad. Si el tomate viene más tarde tendremos que acostumbrarnos a comerlo en octubre y no en agosto”, explica por su parte la gallega María Varela, conocida en el gremio como la “guru de las tapas”.
Solana y Varela son dos de los cinco chefs que se encuentran en Zúrich representando la gastronomía española en el festival Spanish Extravaganza, en el que también han participado cuarenta productores seleccionados por la calidad de su oferta alimentaria y de vinos en una apuesta por ganarse un espacio en el mercado gourmet de Suiza, uno de los más importantes del mundo.
Aquellos que viven su pasión entre los fogones y basan sus recetas en productos de proximidad constatan que los trastornos de las temporadas no son pasajeros, que la sobreexplotación ha llevado a varias especies al borde de la desaparición y que otras intentan adaptarse a temperaturas cada vez más cálidas en la atmósfera y el mar.
“Siempre me ha encantado trabajar con el tomate. Recuerdo que de niño a primeros o mediados de julio ya había tomates del huerto en casa, pero este año hemos tenido tomates hace tres semanas, y esto se debe al clima”, comenta Solana.