La crisis en Bolivia entra en un punto muerto

TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, La Paz, 30 de octubre, 2019. -El Gobierno de Bolivia anunció este miércoles que mañana comienza la auditoría de la OEA con la que confía en desmentir que hay fraude electoral, pero quienes llevan más de una semana en las calles ya no ven más salida que la renuncia del presidente Evo Morales y la anulación de las elecciones.

Las crisis política y social que atraviesa el país se prolonga desde la jornada después de las elecciones del 20 de octubre, sin que de momento se atisbe una salida.

LA POSTURA DEL GOBIERNO

El Gobierno de Morales defiende la legitimidad del resultado que le da vencedor en primera vuelta con el 47,08 de los votos, con solo un 0,57 por ciento de margen para evitar la segunda ronda con el opositor Carlos Mesa.

No obstante, accede a una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) e invita a varios países a apoyarla, confiado en que desmentirá las denuncias de fraude.

El presidente tenía anunciada este miércoles una comparecencia, pero al igual que el martes fue un miembro de su Gobierno el que salió ante los medios y sin responder preguntas.

UNA OPOSICIÓN DE NUEVO DIVIDIDA

Si la oposición se hubiera unido en un frente único contra Evo Morales, como le pedía una parte de la sociedad boliviana, hubiera sumado un 52,92 por ciento de votos y la ley boliviana da ganador en primera ronda al que llegue al 50 por ciento más un voto.

Carlos Mesa, que suma el 36,51 por ciento de ese voto opositor, exige al Gobierno que no reconozca los resultados y se vea en segunda vuelta con Morales, al ser los dos más votados.

Sin embargo, desde varios comités cívicos que le respaldan lo que se pide llegados a este punto es que el mandatario renuncie y se anulen las elecciones.