Camacho pide a Unesco declarar la bachata Patrimonio Intangible de la Humanidad

TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA, 11 de diciembre 2019.-  El presidente de la Cámara de Diputados, Radhamés Camacho saludó la iniciativa del embajador dominicano ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Unesco, José Antonio Rodríguez, por su gestión para que la bachata sea declara como Patrimonio intangible de la humanidad.

Recordó que en el año 2015, la Cámara de Diputados aprobó una resolución declarando la bachata como Patrimonio Cultural de la República Dominicana, algo que sirvió de motivación para el embajador solicitar a la Unesco aprobar y declarar la bachata como patrimonio intangible de la unidad.

“El ritmo de la bachata es una de las expresiones de la identidad cultural dominicano más auténtico de mayor presencia humana y social del pueblo dominicano” expresó Camacho en un mensaje presentado en el hemiciclo.

Sostuvo que este emprendimiento es una suma a la anterior declaratoria de la Unesco, que declaró la Ciudad Colonial de Santo Domingo Patrimonio cultura de la Humanidad.

Indicó que tanto la Ciudad Colonial como el ritmo de la bachata han contribuido notablemente en una deslumbrante marca país, que han contribuido con el desarrollo del turismo, uno de los ejes fundamentales de la economía nacional.

“En nombre de la Cámara de Diputados de la República Dominicana saludamos que los valores más auténticos de la identidad cultural dominicana estén formando parte de la agenda internacional de países amigos en el mundo, que según reportes la bachata con su música, ritmo y sentimientos sociales de amor y desamor se están robando los corazones de las gentes en todos los continentes”, manifestó Radhames Camacho.

Enfatizó que la bachata es un género musical autóctono fruto de la idiosincrasia del pueblo dominicano, que recoge sus vivencias, sentimiento y su cotidianidad.

Asimismo, destacó que en nombre de su fundador José Manuel Calderón que la grabó en el 1962 abrió las puertas al mundo a figuras de la talla de Juan Luís Guerra y al fenómeno musical de alcance global que representa el artista Romeo Santos.