Wuhan intenta renacer entre fuertes medidas de control contra el virus
TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, WUHAN (CHINA), 29 de marzo, 2020. Pocas tiendas abiertas y contados viandantes por las calles de Wuhan, cuna de la pandemia de coronavirus y que, a pesar de seguir acaparando las estadísticas más crudas de la enfermedad en China, intenta recobrar la normalidad.
La urbe ofrece un aura aún fantasmagórico y las fatigadas miradas de los pocos wuhaneses que se atreven a salir a la calle certifican la dureza de la cuarentena impuesta hace ya más de dos meses y que se levantará de forma definitiva el próximo 8 de abril, a partir de cuando se podrá empezar a salir de ella.
En este momento, los residentes pueden ya salir de sus casas si justifican un buen estado de salud -que las autoridades verifican cada día-, pero todavía no tienen potestad para abandonar libremente la ciudad.
Por su parte, los repartidores en moto, que han mantenido abastecidos a los en torno a 11 millones de residentes de la capital provincial de Hubei, siguen circulando con sus pedidos a cuestas, como de costumbre.
En Wuhan se han producido al menos 2.543 de las 3.300 muertes por COVID-19 certificadas oficialmente en China, aunque residentes de la urbe citados por algunos medios locales y regionales se muestran convencidos de que las cifras son mucho mayores.
Este viernes, se produjeron al menos 5, todas ellas en la ciudad, según los datos difundidos hoy por la Comisión Nacional de Sanidad de China. El organismo también indicó que 706 de los 742 pacientes en estado grave en China se encuentran en Wuhan.
Otros datos son más alentadores, como los 45.418 pacientes que habrían superado la enfermedad en Wuhan, según la fuente, del total de 75.448 pacientes curados en todo el país.
Cifras como ésta y como la práctica ausencia de nuevos contagios locales en los últimos días han contribuido a que las autoridades hayan apostado por tratar de volver a la normalidad.
Esta tan ansiada normalidad llegará por fases y de forma gradual, y mientras que no dicten que no hay riesgo no reabrirán las escuelas, colegios y guarderías de la ciudad.
Difícil acceso
Aunque desde el sábado comenzaron a llegar los trenes a Wuhan, éstos todavía circulan prácticamente vacíos y las medidas de control y de prevención son constantes a bordo de los vagones y en las propias estaciones ferroviarias.
En el mismo trayecto en tren desde Pekín, guardias uniformados verifican la documentación y los justificantes médicos necesarios para emprender el viaje mientras los bedeles se afanan por desinfectar los baños cada vez que alguien termina de usarlos.
A la llegada, en la estación de Wuhan, esperan varios hombres enfundados en trajes blancos de protección para continuar haciendo preguntas: procedencia, residencia, motivos del viaje.
Además, las autoridades locales exigen códigos móviles de reconocimiento rápido (QR) de color verde o un justificante médico de que se ha hecho cuarentena en otra ciudad china, lo cual puede resultar paradójico dado que muchas de ellas no han tenido políticas de aislamiento como las aplicadas en Wuhan.
Quien quiera obtener un justificante así en Pekín se adentrará en una maraña burocrática que, dependiendo del funcionario de turno, podrá (o no) desembocar en un documento válido para registrarse en un hotel en Wuhan o usar el metro.
“Es un momento complicado”, explica a Efe -el único medio español en Wuhan- uno de los revisores del suburbano, que camina de vagón en vagón portando un cartel con recordatorios como “Hay que llevar mascarilla durante todo el viaje” o “Mantengan las distancias”.
Porque, ante la ausencia de taxis, es este medio de transporte junto con los servicios de autobús los que ya han comenzado a operar en la ciudad.
A ellos se les unirán próximamente los emblemáticos ferris de la ciudad, que en otros tiempos cruzaban el río Yangtsé abarrotados de turistas y ahora están en pleno proceso de limpieza y desinfección a la espera de reanudar su actividad.