Cuando la mente nos hace engordar

SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA, 3 de Marzo, 2013. -Nuestros sentimientos pueden destruir nuestro trabajo nutricional y frustrar nuestros mejores deseos de bajar de peso. La mente, poderosa, esconde un submundo que puede hacernos engordar. Entrevistamos a Diana Andere Portas y Enrique Sánchez Lores, autores de la obra «Obesidad Emocional».
La nutrióloga Diana Andere Portas y el psicoanalista clínico Enrique Sánchez Lores han unido conocimientos para escribir el libro «Obesidad Emocional, cuando tu mente te hace engordar». En él explican qué es esa enfermedad (aún no catalogada) de la que tan poco se sabe. Aunque el término «obesidad emocional» no sea un diagnóstico oficial ni una clasificación clínica, a su entender sí describe un comportamiento compulsivo.
«Obesidad emocional es un término que utilizamos en el libro para explicar la razón de que algunas personas tienden a comer por motivos psicológicas o emocionales, hecho que las lleva al sobrepeso. Es decir, muchas veces, a pesar de nuestros intentos por adelgazar, existen motivos emocionales que nos impiden conseguirlo. Por ejemplo, hay personas que comen por estrés, ansiedad, nervios, tristeza, depresión; estas emociones tienen un trasfondo psicológico que se debe atender para dejar de refugiarse en la comida y así combatir el sobrepeso», explica la experta.
PEDIR AYUDA CUANTO ANTES
En el libro se detallan las consecuencias de este fenómeno y se dan ejemplos que ayudan a entender la obesidad emocional.
El comer en exceso tiene como consecuencias varios problemas físicos. Entre ellos: obesidad, problemas cardíacos (colesterol y triglicéridos altos, hipertensión), diabetes tipo 2, problemas en articulaciones, como osteoartritis, problemas en el hígado y vesícula biliar, problemas ginecológicos, problemas respiratorios y algunos tipos de cáncer, por mencionar solo algunos.
Esos son los complicaciones para el cuerpo. Sin embargo, cuando hablamos de la mente, cuando una persona no sabe por qué le cuesta tanto trabajo dejar engullir o por qué come en ciertos momentos difíciles de su vida, «la obesidad emocional es la consecuencia, no la causa. Para que alguien tenga este comportamiento patológico con la comida es porque está sufriendo de un mal mayor que, muy probablemente, no pueda identificar porque es de naturaleza inconsciente», enfatiza Andere.
El principal consejo que brindan los autores es que la persona acuda al psicólogo para recibir ayuda cuanto antes.
A la pregunta de sí existe un perfil definido para padecer esta disfunción, Sánchez Lores, apunta en entrevista con Efe que «en realidad no». Por este motivo, los doctores hacen hincapié en que las personas busquen ayuda psicológica.
«Hay muchas problemáticas psicológicas en donde se esperaría un problema de obesidad (como la baja autoestima) y éste nunca aparece. Los problemas psicológicos no pueden adecuarse a un sólo comportamiento, ni ciertos comportamientos son dependientes de un determinado problema psicológico. Una persona con un trastorno no responderá igual que otra», asegura el psicoanalista.
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