Australia rechaza una guerra comercial con China por aranceles a su cebada
TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, Australia, 19 de mayo, 2020. – Australia no mantiene una guerra comercial con China ni tampoco buscará represalias contra Pekín tras su imposición de un 80 % de aranceles a la cebada australiana, dijo este martes el ministro de Agricultura del país oceánico, David Littleproud.
“No hay una guerra comercial. Incluso en la actualidad existe un incremento de China en la demanda de hierro”, dijo a periodistas Littleproud, quien agregó que ambos países siguen comercializando diversas materias primas agrícolas y minerales, además de otros servicios.
China impuso anoche aranceles a la cebada australiana por considerar que está subsidiada y se vende al gigante asiático a un coste que está por debajo del de su producción.
Esta medida contra la competencia desleal de la cebada australiana, cuyas exportaciones a China superaron en 2018 los 1.500 millones de dólares australianos (979 millones dólares estadounidenses o 897 millones de euros), se da casi una semana después de que Pekín suspendiera las importaciones de carne australiana.
Estas medidas comerciales por parte de China han sido interpretadas como una represalia contra Australia después de que su embajador en Camberra, Cheng Jingye, sugiriera un boicot comercial después de que el país oceánico impulsara una investigación internacional sobre el origen de la pandemia, la cual fue respaldada anoche en la Asamblea Mundial de la Salud.
Por su parte, el ministro de Comercio Exterior de Australia, Simon Birminghan, dijo a la prensa que “China ha negado que haya un vínculo” y apostó por “un proceso constructivo” para analizar las vías para apelar la imposición de aranceles.
China es el principal socio comercial de Australia, cuyo intercambio bilateral fue de 235.000 millones de dólares australianos (153.591 millones dólares estadounidenses o 141.615 millones de euros) en el año financiero 2018-19, lo que representa un incremento del 20,5 % con respecto al período anterior.
La relación bilateral se ha ido deteriorando por cuestiones como la militarización del gigante asiático o la aprobación en Australia de leyes contra la injerencia y el espionaje extranjero, tras destaparse casos de donaciones chinas a políticos y de ciberataques a organismos del Estado y universidades atribuidos a Pekín. EFE