La vida dentro de un campo de trabajo forzado en China
China, 19 de diciembre, 2013. -Para Liu Hua, de 50 años, los horrores de los campamentos de trabajo forzado están todavía frescos en su memoria. En los últimos siete años, ha sido enviada a campos de «reeducación a través del trabajo» un total de tres veces, por protestar contra lo que ella describe como la apropiación de tierras en su pueblo natal por parte del gobierno.
Durante su última estancia en estos campos, Liu hizo algo verdaderamente extraordinario: escribió un diario secreto documentando su experiencia.
Trabajaba unas 11 horas diarias haciendo trajes para los militares chinos y, cuando éstos no miraban, robaba piezas de tela para escribir su diario.
En su pequeño apartamento de Pekín extiende enfrente mío lo que parece una almazuela. Pero al mirar con detenimiento los trozos, que han sido cosidos el uno al otro, son en realidad entradas de un diario escrito durante un periodo de dos años.
El extraordinario documento es un listado de abusos. Una de las entradas, del 13 de septiembre de 2011, habla de cómo una prisionera es torturada por guardias con bastones eléctricos. «Su cara estaba púrpura después de que la golpearon», narra.
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