Los españoles se despiden del expresidente del Gobierno español, Adolfo Suárez

Madrid, 24 de marzo, 2014. (EFE).- Los españoles empezaron a rendir homenaje silencioso al expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, fallecido ayer en Madrid, durante la capilla ardiente instalada en el Congreso de los Diputados.

Suárez, jefe del Ejecutivo entre 1976 y 1981 y protagonista destacado de la transición a la democracia, murió a los 81 años tras un agravamiento de la enfermedad neurodegenerativa que le tuvo retirado de la vida pública desde 2003.

Las autoridades del país acudieron al Congreso para dar el pésame a la familia del primer presidente del Gobierno en la actual etapa democrática y después la capilla ardiente quedó abierta para que los ciudadanos de a pié puedan honrarle también.

Desde primera hora de la mañana se formó una larga fila frente al Congreso de ciudadanos que quieren expresar su reconocimiento a la labor de quien durante cuatro años y medió dirigió el desmontaje de la dictadura franquista para implantar un régimen democrático constitucional.

El féretro está cerrado y cubierto con una bandera de España e instalado en una de las dependencias del Congreso, con numerosas coronas de flores enviadas por diferentes instituciones del Estado.

Por esta capilla ardiente podrán pasar los ciudadanos durante veinticuatro horas.

Previamente habían acudido a la capilla ardiente los reyes, miembros del Gobierno y los tres expresidentes del Gobierno democráticos vivos (los socialistas Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y el conservador José María Aznar).

Todos ellos cumplimentaron a la familia de Suárez, político de orientación centrista elogiado por haber fomentado el consenso y el diálogo necesarios para la recuperación de la democracia tras la dictadura de Francisco Franco (1939-75).

A su llegada, Juan Carlos de Borbón reiteró ante los periodistas su «gran pena» por la muerte de Suárez.

El rey colocó junto al féretro el Collar de la Real Orden de Carlos III, la máxima distinción que puede conceder el Gobierno español.

Junto a ella figuraba el Collar de la Orden del Toisón de Oro que en su día le concedió el monarca.

Tras las veinticuatro horas en que estará abierta la capilla ardiente el féretro será trasladado a Ávila (centro), localidad limítrofe a Madrid, en cuya catedral será enterrado mañana.

El Gobierno decretó tres días de luto oficial, período en el que las banderas ondearán a media asta en los edificios oficiales y se suspenden todas las actividades previstas.

La semana próxima, previsiblemente, tendrá lugar un funeral de Estado para rendir el último homenaje a Suárez.

Se trata del mismo protocolo aplicado en el caso del otro expresidente del Gobierno democrático fallecido, Leopoldo Calvo-Sotelo (1981-82), que murió en 2008. EFE

 

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