SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA,  23 de abril, 2014. -En medio de la creciente densidad poblacional que cada día vive creciendo en nuestro país, la Estación de Bomberos parece estar más lejos que nunca de parecer un local, para albergar a voluntarios tan importante en nuestras sociedad como son los bomberos.

Dicha estructura, que es una casa construida hace más de 50 años y semeja una casucha cayéndose a pedazos y cuenta sólo con 3 bomberos de servicio para una población de miles de habitantes.

La estación se reconoce como tal por el letrero que está ubicado sobre el umbral de la entrada. Al verlo, da pena descubrir que el espacio en el que están los que luchan contra el fuego fácilmente podría ser víctima de un incendio.

Es que la pequeña casa de la madera que aloja el cuartel está en muy malas condiciones: la madera, desvencijada y llena de comején, no ofrece ninguna garantía a los que están dentro. No es posible que una sociedad como la nuestra en pleno siglo 21 se está pasando tanta calamidades y más importante está la situación es un cuerpo de recate tan importante como lo son los bomberos, que este pasando o viviendo esta situación.

La edificación, recuerda estampas de aldeas en Africa del Sur o en Haití, debido a que no sólo es una estructura que se tambalea, generando temor hasta entre los propios policía, sino que además, no cuenta con los más mínimos equipos o herramientas para enfrentar cualquier eventualidad, ya sea incendio o sismo. ‘’Allí solo existe una escalera que descansa sobre una división de plywood que separa a oficina del dormitorio.

En las paredes, colgadas de clavos, están exiguas herramientas que poseen: el serrucho, el pico y el hacha. Junto a ellas, el extintor’’ expreso un bombero quien no dar el nombre Así mimos dijo que también carecen de un camión cisterna para socorrer a las familias y a las empresas durante la ocurrencia de algún siniestro, lo que preocupa a los moradores de este laborioso esta comunidad. También pueden verse una vieja mesa de dominó que les sirve para entretenerse, un teléfono, una lámpara de aceite y un par de sillas de metal.

A continuación está la cocina en la que están ubicados una antigua mesa bajo la que están los polvorientos galones en los que guardan el agua; un destartalado zafacón, una vieja estufa de cuatro hornillas y un gabinete que se ha pintado” del oscuro marrón de la grasa.