ARGENTINA, 30 de mayo, 2014. -El vicepresidente de Argentina, Amado Boudou, declaró que no renunciará ni pedirá licencia de su cargo tras haber sido citado a declarar ante la Justicia en una causa en la que se lo acusa de “negociaciones incompatibles con la función pública”.

“Para mí esta es un instancia muy importante porque voy a poder comprobar formalmente mi inocencia”, dijo el funcionario a radio Continental, confirmando que se presentará ante el juez Ariel Lijo, que lo citó el próximo 15 de julio.

Según Lijo, cuando el actual vicepresidente se desempeñaba como ministro de Economía (antes de ser nombrado vicepresidente) “aprovechando su condición de funcionario público” habría tenido “injerencia” para que una compañía impresora de dinero quebrada, Ciccone Calcográfica, fuera condonada por el fisco y finalmente quedase en manos de un empresario acusado de ser testaferro de Boudou.

La causa comenzó cuando la exmujer del presunto testaferro, Alejandro Vanderbroele, denunció que Boudou era el dueño real de Ciccone.

La imprenta fue estatizada en agosto de 2012 -meses después de que explotara el escándalo- por el Congreso argentino, con mayoría oficialista.

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner asegura que la causa es una “operación mediática” en su contra.

La semana última, un exfuncionario del Ministerio de Economía, considerado por los medios un “testigo clave” en la causa Ciccone, dejó el país tras denunciar amenazas en su contra.