San Juan, 04 de Febrero, 2015. (EFE).- La Confederación de Béisbol Profesional del Caribe, con el respaldo de las ligas nacionales que la integran, dijo hoy no tener detalles de la posible fuga de los peloteros cubanos durante su estancia en Puerto Rico, un asunto que, insistió, es de carácter privado.

Así lo explicó en un breve comunicado el comisionado de la Confederación, Juan Francisco Puello Herrera, asegurando que sus afirmaciones contaban «con el aval» de los presidentes de las ligas pertenecientes a la institución.

Esos presidentes son Oscar Prieto Párraga, por la Liga Venezolana de Béisbol Profesional; Leonardo Matos Berrido, por la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana; Héctor Rivera Cruz, por la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente Walker (Puerto Rico), y Omar Canizales, de la Liga Mexicana del Pacífico.

«Hasta ahora no tenemos ninguna información oficial de la situación ocurrida, en la que dos jugadores del equipo cubano abandonaron a su delegación», dijo textualmente Puello Herrera en su escrito.

Añadió que la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe «no tiene ninguna competencia con esto», ya que «es algo privativo de los jugadores, es decir algo individual, que de haber ocurrido, es competencia de la Federación Cubana de Béisbol».

«Ellos no tienen ningún tipo obligación de reportarnos algo a nosotros», explicó para justificar así el hecho de que la Confederación no haya podido confirmar la supuesta deserción de dos jugadores de los Vegueros de Pinar del Río, representantes de Cuba en la 57 Serie del Caribe, que se juega estos días en San Juan.

El rumor de la deserción tras el juego que tuvo lugar anoche en el estadio Hiram Bithorn corrió hoy como la pólvora, sin que hasta el momento nadie de su equipo se haya pronunciado oficialmente.

Podría ser que hubiera alguna aclaración en la conferencia de prensa prevista tras el partido que esta noche enfrentará a Cuba con Puerto Rico, a partir de las 19.30 hora local (23.30 GMT) para jugarse el pase a la ronda de semifinales.

«A mí no me han dicho nada. Si pasó algo, se lo tiene que decir la Liga de Cuba al comisionado», dijo igualmente hoy a Efe Tuti Muñoz, vicepresidenta de ventas de MB Sports, empresa organizadora del evento.

Según publica El Nuevo Herald, que no identifica sus fuentes, los jugadores son Vladimir Gutiérrez, de tan sólo 19 años y toda una promesa del pitcheo, y el campocorto matancero de 30 años Dainer Moreira.

«El lanzador se fue pocas horas después de que la selección cubana fuera derrotada por República Dominicana», afirma la fuente del diario en referencia al partido del martes, que acabó hacia las once de la noche, hora local (03.00 GMT del miércoles).

Esa fuente añade que el jugador «se encuentra en un sitio seguro en manos de personas que le ayudarán a seguir camino» hacia EE.UU., que desde Puerto Rico es más sencillo que desde otras islas del Caribe debido a que se trata de un Estado Libre Asociado a EE.UU. y por lo tanto se considera territorio estadounidense.

Sin embargo, el historiador de béisbol cubano Peter Bjarkman, que sigue los partidos en el estadio, confirmó hoy a Efe que Gutiérrez -que tiene una edad ideal para comenzar a jugar en las Ligas Menores de EE.UU.- ni siquiera se presentó el martes en el campo.

Cuba no venía a Puerto Rico a participar en esta competición (que organizan de forma rotatoria los distintos participantes) desde la década de los 50.

Tampoco se había trasladado a Puerto Rico para participar en ninguna otra competición de béisbol desde el Clásico Mundial de 2009 precisamente por miedo a este tipo de fugas de deportistas.

La mayor de las Antillas regresó a participar en la Serie del Caribe el año pasado después de no jugar en el torneo desde 1960. En esta edición participan también México, República Dominicana y Venezuela.

En 2012 cinco jugadores de baloncesto también aprovecharon su estancia en Puerto Rico para desertar y el pasado junio dos tenistas cubanos también se fugaron tras participar en un torneo eliminatorio de la Copa Davis celebrado en esta isla caribeña.