Pastor evangélico pide enfrentar agenda gay EEUU
TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA, 28 de enero 2016. -El pastor de la Iglesia Evangélica Integral consideró que la defensa del gobierno de los Estados Unidos y legisladores norteamericanos en favor de la actuación del Embajador de esa nación en la República Dominicana, James “Wally” Brewster, Jr. en lo concierne a la promoción del activismo gay, es una fragrante violación a la Constitución de la República y a la Convención Internacional de Viena, por lo que el gobierno y todos los sectores deberían enfrentarla.
El licenciado Eusebio Arismendy Debord López dijo que el artículo 3 de la Constitución dominicana prohíbe a los extranjeros, “la realización de actos que constituyan una intervención directa o indirecta en los asuntos internos o externos de la República Dominicana”
Debord López, quien además de pastor es abogado y psicólogo, añadió que de acuerdo a la Carta Magna, “el principio de la no intervención constituye una norma invariable de la política internacional dominicana”.
Manifestó que por esa y otras razones el diplomático no puede estar promocionando las relaciones homosexuales, porque vulnera además el artículo 55 de nuestra Constitución, que únicamente permite como legal, legítimo y ético el matrimonio heterosexual, entre un hombre y una mujer.
Debord López, expresó que de acuerdo al artículo 41, numeral 1, de la Convención Internacional de Viena, “los embajadores están obligados a respetar las leyes y reglamentos de los estados receptores y no inmiscuirse en sus asuntos internos”.
Consideró que como embajador, el señor Brewster no debe estar patrocinando y promoviendo el homosexualismo en la República Dominicana, aunque reconoció que en su vida privada, en la intimidad y en el anonimato, puede actuar como quiera, porque el artículo 44 de la Constitución consagra el derecho a la intimidad.
Indicó que en ese sentido los ataques provenientes de la administración Obama, contra el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo; resultan a todas luces injustos, errados y hasta descabellados, y forman parte de la política norteamericana de procurar imponer la agenda gay en la República Dominicana
Explicó que la primera acometida contra el prelado católico fue lanzada por el senador demócrata por el Estado de Illinois, Dick Durbin, quien envió un comunicado al Papa Francisco con la premeditada intención de que “lo regañe”, por supuestamente acosar al embajador, señalando en su misiva que el líder religioso “ha organizado protestas públicas patrocinadas por la Iglesia contra el diplomático estadunidense”.
Agregó que la segunda y más reciente agresión contra el Cardenal provino del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, al acusar al religioso de anti gay y de sentir un odio insospechado contra el diplomático.
Enfatizó que “es obvio que en su afán desmedido por desmeritar al valiente religioso, intentan desacreditarlo ante la Santa Sede, cosa imposible gracias a la probada reputación que goza el prelado católico en la Ciudad Eterna”.
Aclaró que la oposición a que el embajador patrocine y promocione las relaciones gays en el país no es fruto de la homofobia y el odio contra ese sector, sino porque es un asunto legal. “No creo que nadie en el país sienta animadversión por el diplomático Brewster”, añadió.
Sostuvo que “todos los contratiempos, enfrentamientos y desavenencias que ha tenido desde su llegada al país el embajador Brewster no es por su condición de homosexual per se, sino por su actuación injerencista, asumiendo protagonismo y participación en asuntos inherentes a la soberanía nacional, al ordenamiento jurídico y al estado de derecho de la nación, en lo que él no debe inmiscuirse, porque se lo prohíbe nuestra Constitución y la propia Convención de Viena Sobre Relaciones Diplomáticas”
Recordó que hace cerca de dos años interpuso ante el Tribunal Constitucional de la República un recurso de revisión de una Acción de Amparo contra el Embajador Brewster, marcado con el Expediente No. 04-2014-0276, el cual se encuentra en estado de fallo desde el 27 de noviembre del 2014, pero que lamentablemente ese tribunal aún no da un veredicto.
Pidió a todos los sectores de la colectividad nacional, sin importar banderías ideológica, política, social y religiosa defender a la República Dominicana contra el interés de los Estados Unidos de imponer la agenda LGBT, por constituir una especie de tercera intervención norteamericana.
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