“Es el momento para que la comunidad internacional, el pueblo de Venezuela y nuestros hermanos de la Fuerza Armada presionemos para que la cúpula política del régimen ofrezca y acepte una solución real y seria a esta grave crisis”, dijo Guaidóen un video difundido en redes sociales.

El presidente del Parlamento respondió así a la decisión del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien anunció el miércoles la suspensión del proceso de diálogo con la oposición debido al apoyo que Guaidó ha mostrado al bloqueo total de bienes estatales venezolanos en Estados Unidos.

A juicio de Guaidó, “sin presión no hay solución”, por lo que llamó a no esperar “a que sea demasiado tarde para hacer lo que toca”.

Tras conocerse la suspensión unilateral del oficialismo de las conversaciones que se llevaban a cabo en Barbados, bajo el auspicio de Noruega, Guaidó instó a “aumentar la presión en todos los tableros” pues “tarde o temprano ellos volverán y tendrán que sentarse”.

“Nuestra FANB no quiere hundirse ni compararse con torturadores y los que persiguen”, dijo el líder opositor, al tiempo que consideró que el Gobierno de Nicolás Maduro “está derrotado”.

Reiteró que han participado en las conversaciones en Barbados con “escepticismo y desconfianza después de anteriores experiencias” pero con “la seriedad de quien tiene la obligación moral de encontrar una solución”.

Según el líder opositor, la decisión de suspender el diálogo, después de haber afirmado que se mantendría en la mesa, demuestra “al mundo y al pueblo, y a la Fuerza Armada que ellos son el principal obstáculo para una salida realmente a esta crisis” y además evidencia la “mala fe y poca seriedad” del chavismo.

Para Guaidó, esto es una evidencia de que en el Gobierno no hay unidad para “ofrecer una transición ordenada” y deja claro que al chavismo “lo único que le interesa son ellos mismos, Maduro, sus negocios, sus intereses personales, no se les puede tocar el bolsillo”.

Acusó al oficialismo de “chantajear” a la comunidad internacional para que se levanten las sanciones contra altos jerarcas civiles y militares del Gobierno.

Venezuela atraviesa un pico de tensión política desde el pasado enero, cuando Maduro juró un nuevo mandato de seis años que no reconoce la oposición y parte de la comunidad internacional, debido a que el gobernante obtuvo la reelección en unos comicios en los que se prohibió participar a los principales líderes opositores.

En respuesta, Guaidó se proclamó como presidente interino de Venezuela y consiguió el apoyo de más de cincuenta naciones con Estados Unidos a la cabeza.