La contaminación y el sargazo ponen al Caribe ante una encrucijada definitiva
TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, MÉXICO, 06 de diciembre, 2019. -El mar Caribe, un tesoro natural que según el Banco Mundial sirve de sustento para más de un centenar de millones de personas, afronta ahora una encrucijada definitiva, acuciado por la contaminación, los efectos de la crisis climática y las enfermedades, además de las plagas del alga del sargazo.
La doctora Briggita Van Tussenbroek, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala a Efe que la contaminación es el principal problema actual de esas aguas, que bañan la costa de dieciséis países, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El Caribe, explica Van Tussenbroek, es un mar bajo en nutrientes y sus ecosistemas, en consonancia, están acostumbrados a vivir gracias a un ahorro muy eficiente, por lo que es muy dañino que “los desarrollos costeros de la región, incluido el turismo, estén vertiendo al mar líquidos con muchos nutrientes”.
Esos vertidos -efluentes cloacales, aguas residuales agrícolas, petróleo y otros químicos- suponen una amenaza para organismos como los corales y, por el contrario, funcionan como fuente de alimento para especies más agresivas, como las algas, capaces de aprovecharlos con más rapidez.
LA AMENAZA DE LOS PLÁSTICOS
Además de que los vertidos afectan a los nutrientes, existe la problemática del plástico, que según el informe del Banco Mundial titulado “Ni un minuto que perder”, publicado el pasado mes de mayo, representa el 80 % de la polución presente en el Caribe.
Por el momento, de acuerdo a datos del Programa para el Medio Ambiente de Naciones Unidas, dieciocho territorios de la zona han prohibido los plásticos de un solo uso o los productos de espuma de poliestireno, mientras que en otros tres países se han introducido prohibiciones a nivel local.
La directora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) de México, Amparo Martínez, también señala la contaminación como el punto clave para entender la situación de las aguas caribeñas.
“No podemos echarle la culpa de todo al cambio climático. Toda la cuenca del Caribe tiene problemas históricos de contaminación que hay que atajar de manera coordinada por todos los países implicados”, argumenta Martínez en una entrevista a Efe.
De momento, las medidas adoptadas para revertir la situación no han funcionado, según Van Tussenbroek, quien lamenta el grave daño que supone el bajo índice de población que dispone de agua corriente en la zona.
“Si el 50 % o 60 % de la gente no está conectada a una red, tiene que usar fosas sépticas. Y si el agua va a una fosa, los nutrientes se van sin tratar a un acuífero, con lo que llegan directamente al mar. Corregir eso requiere inversión”, pide.
Además, el impacto ambiental del turismo, que según el Banco Mundial reporta un 15 % del Producto Interno Bruto (PIB) de la región, es otro de los grandes conflictos a abordar.
Desde el INECC, asegura Martínez, creen que es posible “conseguir un turismo totalmente sostenible”, pero la directora insiste que ese debe ser un trabajo común de todos los países caribeños.