Gestión de crisis, de Luis García, una obra recomendada
TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA, 29 de junio, 2020. Una de las razones para leer un libro, es su utilidad; y justamente, ese es el caso del “Manual de Gestión de Crisis Política y Corporativa”, que acaba de editar el periodista y abogado Luis García.
La obra llega en un momento excepcional de la humanidad, debido a la crisis sanitaria que ha provocado el Covid19, en la que se requiere de una profunda reflexión en torno a la construcción de un mundo nuevo.
Ciertamente que una mirada general a las sociedades del mundo actual, mostraría que hablar de crisis se convierte en un elemento transversal, en virtud de que ocurre en cada momento y en cualquier lugar.
García señala claramente que hay que aprender de las crisis y a convivir con ellas. Destaca que cualquier organización o Estado que se desenvuelva permanentemente en situación de crisis, tendrá limitaciones para el desarrollo de sus potencialidades, y de esa manera avanzar de manera sostenida en el camino del éxito.
A juicio del autor, el libro procura ser una guía que contribuya a la prevención y el manejo adecuado de problemáticas que representan trabas para el desarrollo de los pueblos.
Todo momento en que se tenga que enfrentar una situación para la cual no se está estructuralmente preparada y, por tanto, le obliga a establecer acciones estratégicas rápidas para resolverla, se conoce como una condición de crisis. En otras palabras, constituye aquella situación que afecta el normal desenvolvimiento de una determinada institución o sociedad. Una vez que la crisis aparece, deben implementarse estrategias de comunicación específicas para encontrar una solución rápida e inmediata”, expresa.
En las últimas tres décadas, el mundo ha visto crecer el número de agencias especializadas que se dedican a tareas de gestión de crisis, cuyo propósito es el de resolver cualquier eventualidad inesperada, con potencial para convertirse en una amenaza que impacte negativamente en la imagen de los Estados, gobiernos y organizaciones públicas y privadas.
Este manual busca aportar ideas y conocimientos para estudiantes y profesionales, de manera que puedan dominar los fundamentos de la temática, partiendo de que lo primero que se debe hacer es anticiparse, mediante un análisis de riesgo, y prepararse con un plan de gestión que incluya desde la detección hasta la solución de la situación.
Mientras que el prologuista de la obra, el reconocido periodista, Víctor Bautista, afirma que se vive en un mundo interconectado, en pleno apogeo de la cuarta revolución industrial, en la que prevalecen el flujo de información sin barreras, disponible a un click para todo el mundo, las tecnologías y las redes neuronales artificiales, los riesgos para los intangibles de las instituciones -públicas, privadas, políticas y de la sociedad civil- se multiplican en forma extraordinaria.
Señala que todas las empresas e instituciones deben prepararse para, en algún momento de su existencia, afrontar una crisis, en cuya gestión la comunicación juega un rol de primera línea.
En el contexto anterior, indica que el autor deja establecido que el desafío incluye a las organizaciones políticas, a los gobiernos y a los Estados, que no solamente deberían contar con una estrategia de manejo de crisis de comunicación para evitar el naufragio ante la pérdida de confianza y credibilidad en determinadas coyunturas, sino que están en la obligación de actuar siempre sobre la base de las mejores prácticas institucionales y corporativas.
Luis García nos dice con extraordinaria lucidez, refiere Bautista, que la mejor forma de prevenir una crisis es hacer las cosas bien desde el inicio, y refuerza mucho más este criterio al argumentar: “Los valores sin acción son iguales a la incongruencia”.
Pondera el hecho de que Luis García es uno de los profesionales de la comunicación más completos de la República Dominicana, dada su sólida formación multidisciplinaria (periodismo, derecho, gestión pública, seguridad, política, etc), es un intelectual orgánico marcado por la rigurosidad en lo que asume.