Mayor pobreza y deuda pública, retos que recibirá nuevo gobernante de Perú
TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, LIMA, 2 de mayo, 2o21. – La pandemia de covid-19 dejó en Perú una estela de destrucción económica y social, convertido en la nación con la más alta tasa de muerte global a causa del virus y haber soportado una caída de 11 % de su PIB en el 2020, herencia que recibirá el mandatario que salga de las urnas el próximo 6 de junio.
El covid-19 desnudó en Perú las grandes brechas en servicios públicos y sanitarios, pues los centros de salud solo contaban en marzo del 2020 con un centenar de camas en las unidades de cuidados intensivos, donde los pacientes pueden ser conectados a un ventilador mecánico.
De inmediato, el entonces Gobierno de Martín Vizcarra (2018-2020) decidió aplicar una cuarentena estricta, que se extendió por tres meses, para dedicar recursos extraordinarios para equipar hospitales y comprar todo lo necesario para atender la pandemia.
En los primeros meses de la emergencia, Perú destinó hasta 12 puntos de su PIB para adquirir insumos y equipos médicos, contratar personal especializado, pero también para lanzar un conjunto de créditos para las empresas y bonos para las familias vulnerables.
MUERTE Y POBREZA
Estas medidas no impidieron que el país fuera el de mayor mortalidad en el mundo por el covid-19, con 551 decesos por cada 100.000 habitantes, ni que 1,8 millones de personas fueran lanzadas a la situación de pobreza.
Perú ha acumulado más de 180.000 fallecidos a causa de la covid-19, según el último índice confirmado por el Gobierno la semana pasada, que casi multiplicó por tres el número de fallecidos que había reconocido hasta la fecha.
La segunda ola de contagios, de la que recién sale el país, ha elevado el número de contagios hasta bordear dos millones, aunque la tendencia está en descenso y ya hay disponibilidad mínima de camas en UCI.
Actualmente, Perú ha vacunado a más de 2,4 millones de personas y ha adquirido 60 millones de dosis para inmunizar a toda su población adulta hasta fines de año.