La guerra desatada por Putin golpea y divide a América
TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, BUENOS AIRES/SAO PAULO, 01 DE JUNIO, 2022.-La invasión rusa a Ucrania ha desatado un terremoto global cuyas ondas expansivas también remecen a América, sin una visión unificada desde el punto de vista político y golpeada por los efectos económicos de la guerra.
Lejos de una posición común, el continente americano está dividido y así llegan a la cita de la IX Cumbre de las Américas que se celebrará la semana próxima en Los Ángeles.
En un extremo, Estados Unidos, abanderado del aislamiento internacional al Gobierno de Vladímir Putin, y en el otro Cuba, Venezuela y Nicaragua, aliados de Rusia, un socio fundamental que les ayuda a sortear las sanciones que también enfrentan de Occidente.
En medio, toda una amalgama de grises donde se mueven las tres grandes economías latinoamericanas: Brasil, México y Argentina.
SIN POSICIÓN COMÚN
La mayoría de los gobiernos de la región condena el conflicto que se prolonga desde el 24 de febrero y ha provocado cientos de muertes de civiles, aunque en grados diferentes y con algún “pero”.
Colombia -único “socio global” de la OTAN en Latinoamérica-, Chile y Guatemala fueron los más enérgicos en rechazar la invasión.
Más distancia tomaron Brasil, Argentina y México, los únicos miembros latinoamericanos del G-20 y, los dos últimos, miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU en el actual período.
Los presidentes de Brasil y Argentina, el ultraderechista Jair Bolsonaro y el peronista Alberto Fernández, viajaron en febrero a Moscú ajenos a las advertencias de EE.UU. de que la guerra estaba a punto de estallar, como ocurrió días después.
Tras reunirse con Putin, Fernández ofreció Argentina, asfixiado económicamente, como puerta de entrada para las inversiones rusas en Latinoamérica y Bolsonaro declaró la “neutralidad” de Brasil para garantizarse los fertilizantes rusos de los que depende la potente agroindustria brasileña.