Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma

SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA, 05 de marzo, 2014. -El Miércoles de Ceniza es el primer día de la Cuaresma en el calendario litúrgico católico, y que se celebra cuarenta días antes del inicio de Semana Santa, es decir, del Domingo de Ramos.

La ceniza es elaborada o extraída de los Ramos Benditos de la Semana Santa anterior, es decir, los del Domingo de Ramos, estos se incineran y de ahí sale la Santa Ceniza.

Este día ocurre en diferente fecha cada año, de acuerdo con la fecha móvil de Pascua. Puede acontecer entre el 4 de febrero y el10 de marzo.

Este día, que es para los católicos día de ayuno y abstinencia, igual que el Viernes Santo, se realiza la imposición de la ceniza a los fieles que asisten a misa. Estas cenizas se elaboran a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior, y son bendecidas y colocadas sobre la cabeza de los fieles como signo de la caducidad de la condición humana; como signo penitencial, ya usado desde el Antiguo Testamento; y como signo de conversión, que debe ser la nota dominante durante toda la Cuaresma.

La celebración de este día puede iniciarse con una procesión penitencial desde el exterior del templo, desde una capilla vecina, o por lo menos una entrada procesional del sacerdote celebrante y los ministros sagrados. Mientras ocurre esta procesión se cantan las letanías de los santos.

Una vez llegados al altar, omitiendo los ritos iniciales y el rito penitencial, el celebrante reza inmediatamente la oración colecta. En seguida se proclaman las lecturas (Joel 2, 12-18; Salmo 50, 3-6.12-14.17; 2 Corintios 5,20 – 6,2) que recuerdan el sentido de penitencia, conversión y arrepentimiento de los pecados. El evangelio, proclamado por el diácono o el sacerdote celebrante (S. Mateo 6, 1-6. 16-18), recuerda cómo debe ser la penitencia, la oración y el ayuno agradable a Dios.

Luego de la homilía, se procede a la bendición de la ceniza con una breve oración pronunciada por el sacerdote celebrante, quien asperja las vasijas con la ceniza. Seguidamente, el sacerdote, que puede ser ayudado por sus ministros, realiza la imposición de la ceniza sobre los fieles. El sacerdote deja caer la ceniza en su cabeza, o bien traza una cruz de ceniza en la frente de quien la recibe, según la costumbre. Mientras lo hace, dice una de las siguientes frases extraídas de las Escrituras:

Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás (Gn. 3,19) Convertíos y creed en el Evangelio (Mc. 1,15) Antes que a todos, un ministro debe imponerle la ceniza al sacerdote celebrante. Mientras se impone la ceniza, el coro entona salmos penitenciales. El resto de la Misa se celebra conforme a la manera habitual.

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