REPUBLICA DOMINICANA, Santo Domingo, 4 de Diciembre. -En la actualidad, muchas personas prefieren consumir comidas sabrosas y vistosas. Sin embargo, el precio oculto que se paga es muy alto y no nos referimos al costo monetario sino en términos de salud y bienestar.

Los productos blancos adquieren este color debido a que les ha sido retirado tanto la fibra como las vitaminas y minerales naturales y a que han sido sometidos a un proceso de refinación. Esta es la razón de que los alimentos actuales carezcan de fuentes nutritivas y se caractericen por aportar calorías «vacías», es decir, sin valor alimenticio.

La harina blanca que se utiliza para preparar pan, galletas, pasteles y pasta para sopa, ha sido blanqueada químicamente con substancias como peróxido de benzoilo, nitrosilo, oxido de nitrógeno, clororuros y clorinos, a los que a su vez se les han añadido sales para mejorar sus propiedades blanqueadoras. Entre los nutrientes que se les han separado a los alimentos están la vitamina E, potasio, fósforo, cobre, niacina, calcio, tiamina, acido pantotenico y piridoxina.

El arroz blanco pasa por la misma perdida de nutrientes al igual que la harina de trigo cuando se procesa.

Durante el proceso de blanqueamiento químico de la harina y de otros productos, surge un compuesto llamado “aloxano”, que se concentra en aquellos productos que contienen harina blanca. Este compuesto destruye las células beta del páncreas y daña también el ADN, lo que pone en alto riesgo para desarrollar diabetes.

El aloxano induce la hiperglucemia, genera radicales libres que destruyen las células beta del páncreas y cuando estas células beta no funcionan con normalidad, ya no producen suficiente insulina y se produce la diabetes tipo II.

El arroz integral contiene todas las partes del grano incluída la cascarilla, a diferencia del arroz blanco que sufre también un proceso de pulido con glucosa para mejorar su apariencia.

Por esa razón, estos productos tienen un alto índice glucémico (que liberan rápidamente glucosa en la sangre) y producen «picos» elevados de azúcar y por tanto el páncreas libera más insulina. Por este intenso trabajo repetido del páncreas, se desarrolla la diabetes.

Los productos blancos también conducen al incremento de colesterol malo en las arterias. También son la causa del enlentecimiento del metabolismo que deriva en el aumento de peso, especialmente alrededor de la cintura y abdomen. La falta de fibra dietética acarrea estreñimiento, que al impedir al cuerpo deshacerse de sus desechos, deriva en otras enfermedades como colon inflamado y hasta cáncer de colon.

Los productos elaborados con harina blanca abundan en la dieta occidental y son tan comunes que ya ni notamos su presencia nociva en hamburguesas, hotdogs, pizzas, pasteles, galletas, sopas ramen, tortas, pan de dulce, cereales de caja, etc.

Por eso es importante evitar su consumo, especialmente por los niños, que a su edad deben recibir los nutrientes naturales que sus cuerpos en desarrollo necesitan.