FAO y OCDE auguran poner fin de altos precios en alimentos
TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, Roma, 4 de julio, 2016. (EFE).- Los precios de los alimentos se mantendrán relativamente bajos en los próximos diez años y se pondrá fin al reciente ciclo de precios altos pese al riesgo de posibles fluctuaciones, señalaron hoy la FAO y la OCDE. Según su informe conjunto sobre perspectivas agrícolas entre 2016 y 2025, presentado en Roma, la demanda de alimentos crecerá a un ritmo más lento, sobre todo por los menores aumentos de la población mundial y de los ingresos en las economías emergentes.
Estos factores, unidos a otros como la acumulación de reservas, el fuerte suministro de alimentos y el abaratamiento de la energía, influirán en ese periodo en los precios de los principales productos básicos, que ya cayeron en 2015.
«La era de los precios altos de los alimentos ha terminado aunque la próxima crisis podría estar a la vuelta de la esquina», matizó el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría, que descartó, no obstante, futuros picos tras las medidas adoptadas a raíz de la crisis alimentaria de 2008.
Gurría mencionó, entre otras, la creación de instituciones para monitorear los precios y la rápida adaptación de los productores a la subida de los precios, almacenando -por ejemplo- gran cantidad de cereales.
El análisis, elaborado a partir de los datos de 41 países y doce regiones, apunta que la bajada de los precios no será igual para todos los productos.
Frente al estancamiento de los cereales, se espera que aumente la demanda de carne, pescado y otros alimentos ricos en proteínas en los países en desarrollo, lo que repercutirá en la necesidad de más piensos.
El director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, apuntó que los agricultores tratarán de producir aquellos alimentos que les reporten más beneficios y consideró que el suministro a nivel local dependerá también de la efectividad de las políticas públicas.
Para satisfacer la creciente demanda, el 80 % del aumento de la producción de alimentos se deberá a las mejoras tecnológicas y de productividad, y el 20 % a la extensión de área cultivada.
En América Latina, la superficie para cultivos crecerá el 24 % en la próxima década, principalmente por la expansión de la soja.
El informe destaca la importancia del comercio internacional para la seguridad alimentaria en un escenario en el que se espera que la proporción de personas con hambre se reduzca del 11 % al 8 % de la población mundial, pasando de 788 a 650 millones en términos absolutos.
A pesar de su potencial, África subsahariana, que representará en 2025 un tercio de la población desnutrida del planeta, deberá importar más alimentos para cubrir la diferencia entre la demanda (que crecerá a una tasa anual del 3 %) y la producción (que subirá el 2,6 % anual).
Las importaciones también serán importantes para Oriente Medio y Asia, destacó en la presentación el especialista de la FAO Kostas Stamoulis.
La expansión más lenta del mercado hará que se reduzca a la mitad el crecimiento del comercio agrícola en comparación con la década anterior.
Solo cinco países representan al menos el 70 % de todas las exportaciones de los alimentos básicos analizados, mientras que del lado de las importaciones -menos concentradas- destaca el caso del mercado chino, relevante para productos como la soja, los lácteos y algunos granos.
Precisamente el informe advierte de los efectos que pueden tener a nivel global las medidas proteccionistas para garantizar la autosuficiencia de ciertos países, como el cambio de China en relación con su política de granos.
Así como el sur y el este de Asia (la región que más productos agrícolas genera) verán aumentar su producción a pesar de la limitación de recursos, la de América crecerá orientándose especialmente a la exportación y la de Europea occidental permanecerá estable.
Por su parte, el norte de África y Oriente Medio deberán hacer frente a la volatilidad de los precios causada por «condiciones difíciles» naturales y políticas. EFE
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