Cerca de un centenar de policías impusieron el orden, fueron cerradas varias calles adyacentes a la avenida Southern Blvd. con la calle 149, donde está la funeraria, la fila copó dos cuadras, el frente y alrededores parecía un hormiguero y llegó un momento que se prohibió la entrada al interior de la funeraria, incluyendo los periodistas.

El caso ha conmocionado tanto a la comunidad que cientos acuden diariamente frente a la bodega (actualmente cerrada) donde ocurrió el asesinato, depositando miles de velones, veintenas de globos, flores y varios letreros, uno de ellos llamando la atención con la escritura “no me graven sálvame”, que al decir de muchos de los presentes fueron las últimas palabras que expresara Guzmán Feliz.

A la funeraria han asistido decenas de políticos, personalidades del deporte, arte, hombres de negocios a expresar sus condolencias a los familiares. El alcalde Bill de Blasio lo hizo vía telefónica y se espera que acuda a la funeraria este martes. Guzman Feliz será enterrado este miércoles.

Después que el video del ataque comenzó a circular por las redes sociales, la policía solicitó ayuda del público para apresar los responsables. Hubo tantas llamadas que se asignaron más agentes para contestar los teléfonos.

Muchos más consejos fluyeron desde las redes sociales, donde las publicaciones de los oficiales de la policía han sido vistas y compartidas más de 100,000 veces en Twitter e Instagram, de acuerdo con las métricas de la institución.