Estados Unidos sufre otra decepción y acabó la hegemonía de Japón

San Francisco (EEUU), 18 de Marzo, 2013. (EFE).- La tercera edición del Clásico Mundial de béisbol ya tiene con el equipo de Puerto Rico a un triunfador clasificado para la final y también a dos grandes derrotados como son los de Estados Unidos y Japón. Especialmente, Estados Unidos, el país anfitrión, cuna donde nació el deporte del béisbol, que posee la competición de las Grandes Ligas, donde militan los mejores peloteros del mundo, pero que por tercera vez en el torneo más importante de selecciones quedó eliminado, sin tener opción a luchar por el título de campeón.
Aunque todos los peloteros de las Grandes Ligas que formaron parte del equipo nacional de Estados Unidos dijeron que defender el uniforme del país ha sido la mejor experiencia que podían vivir, la realidad es que el final deportivo no ha sido el «soñado».
Todo lo contrario, con una novena plagada de buenos jugadores y un manejador legendario como Joe Torre, cuatro títulos de la Serie Mundial con los Yanquis de Nueva York en su haber, el béisbol de Estados Unidos en el panorama internacional sigue sin brillar y sin cosechar triunfos importantes.
Tras iniciar la segunda ronda del Clásico con una victoria por 7-1 sobre Puerto Rico el pasado martes, Estados Unidos cayó por 3-1 ante República Dominicana el jueves y fue eliminado por la novena boricua en el enfrentamiento de vida o muerte al perder 4-3, en el Marlins Park, de Miami.
Aunque la selección japonesa también sucumbió a la de Puerto Rico en semifinales (3-1), lo hizo sin jugadores de las Grandes Ligas, que se negaron a estar con el equipo nacional.
No es excusa, pero si un elemento importante a tener en cuenta al hacer la comparación de Japón, que ganó las dos anteriores ediciones, con lo sucedido al equipo de Estados Unidos, que por segunda vez no pudo ni tan siquiera estar en las semifinales.
En el 2006, Corea de Sur y México eliminaron a Estados Unidos. En el 2009, la selección estadounidense avanzó a las semifinales, pero cayó ante Japón.
Después de la eliminación ante Puerto Rico, Estados Unidos tiene marca de 10-10 en el Clásico Mundial, lo cual está muy lejos del resultado que se espera de la selección de un país que considera el béisbol su deporte pasatiempo nacional.
La gran interrogante que se plantea sobre los jugadores estadounidenses es si realmente sienten la motivación de competir con el equipo nacional como lo hacen el resto de los equipos participantes.
Especialmente, el ejemplo que ha dado Puerto Rico, un equipo que en la primera ronda ya no era favorito al tener como rivales a República Dominicana y Venezuela, a quien todos los expertos daban como gran favorita, pero que sucumbió ante el ímpetu y buen juego de la novena boricua.
«Teníamos una enorme desventaja contra el equipo de Estados Unidos», declaró el lanzador derecho Nelson Figueroa, que fue el gran triunfador desde el montículo en el partido que el pasado viernes ganaron a la novena de las barras y las estrellas. «Eso demuestra que en el béisbol, los partidos no se juegan en el papel».
Pero además, Puerto Rico no sólo eliminó a Estados Unidos sino que también lo hizo con Japón, en un duelo en el que una vez más su determinación por la victoria fue encomiable y factor que le abrió el camino del triunfo.
Desde el punto de vista de la selección estadounidense, el que el Clásico se realice durante los entrenamientos primaverales es un problema, pero el mismo que tienen el resto de los peloteros de las mayores que también están con otros equipos nacionales.
Mientras que la mayoría de los jugadores latinoamericanos vienen de ver acción en la pelota invernal en sus países natales y los peloteros de Japón participan en actividades de acondicionamiento todo el año, los profesionales estadounidenses apenas comienzan a prepararse para la temporada regular en febrero.
Las fechas complicaron la labor de Torre, ya que debió tener cuidado con la manera que utilizó a sus jugadores, especialmente los lanzadores, para no desatar la ira de algún gerente general.
En esta ocasión, la selección estadounidense también sufrió la baja del inicialista Mark Teixeira de los Yanquis de Nueva York, que se lesionó la muñeca derecha antes de que comenzara el torneo.
Teixeira fue reemplazado por el primera base Eric Hosmer, de los Reales de Kansas City, que no tuvo el mismo poder bateador, como demostraron sus números al pegar sólo cinco imparables en 25 turnos al bate, y el viernes contra Puerto Rico dejó las bases llenas en el octavo episodio después que Estados Unidos se puso (4-3), a sólo un carrera de empatar la pizarra.
Otra baja sensible en los partidos decisivos contra República Dominicana y el segundo frente a Puerto Rico fue el tercera base de los Mets de Nueva York, David Wright, que hasta entonces había sido el mejor bateador del equipo.
Wright, que pegó el único jonrón estadounidense en el Clásico y produjo 10 de las 28 carreras que anotó la selección, tuvo que salir de la alineación a petición de los Mets, debido a una lesión en el costado izquierdo.
Estados Unidos anotó apenas cuatro carreras y conectó sólo 14 imparables en los dos últimos partidos que disputó, y de nuevo el reto de llegar a las semifinales y ganar el título del Clásico Mundial se convirtió en una «ilusión» que se dio en el «papel» no en el campo, que es donde se ganan o se pierden los partidos. EFE
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