Tailandia exhuma tumbas en un caso de tráfico de personas
TAILANDIA, 02 de mayo, 2015. -Policías tailandeses subieron a las montañas con palas para exhumar varias tumbas poco profundas, tras el macabro descubrimiento de un campamento abandonado en la jungla que arrojó nueva luz sobre las redes de tráfico de personas que operan en Tailandia.
Al menos cinco cuerpos se encontraron el sábado por la tarde y los trabajos continuaban para abrir unos 30 enterramientos en torno a un campamento recóndito en una zona boscosa al sur del país, indicó el general de policía Jarumporn Suramanee, que lideró la expedición emprendida el día anterior.
La causa de la muerte de las personas enterradas no estaba clara en un primer momento. Pero el hallazgo del campamento es un duro recordatorio de que el contrabando de personas continúa en Tailandia pese a las reiteradas afirmaciones de las autoridades de que estaban combatiendo sus causas.
La zona donde se encuentra el campamento, en las montañas de Padang Besar, un subdistrito de la provincia de Songjla, se utiliza habitualmente para llevar de forma ilegal a grupos de musulmanes rohingya, que son perseguidos en la vecina Mianmar, así como bangladeshíes y otros migrantes, a terceros países.
Tailandia está decidida a «eliminar cualquier clase de tráfico de personas y cortar Tailandia como lugar de tránsito», afirmó un portavoz del gobierno el sábado en una dura reacción a las noticias. Los responsables del campamento serán «castigados con severidad» tanto si son delincuentes comunes como funcionarios corruptos, añadió el portavoz, el mayor general Sansern Kaewkamnerd.
La organización Human Rights Watch pidió una investigación independiente, afirmando que la implicación de funcionarios tailandeses corruptos ha alimentado durante años el negocio del contrabando de personas.
«El tráfico de personas en Tailandia lleva tiempo fuera de control», afirmó Brad Adams, director en Asia de Human Rights Watch. «El hallazgo de una fosa común en un campamento de contrabandistas no es, tristemente, una gran sorpresa».
El pasado junio, Estados Unidos colocó a Tailandia en la categoría más baja en su evaluación anual sobre cómo combaten los gobiernos el tráfico de personas. El estudio hizo referencia al caso de la comunidad Rohingya de Mianmar, así como a casos de migrantes de países vecinos que se veían obligados o engañados para trabajar contra su voluntad en el negocio del sexo, pesca comercial, manufactura textil, fábricas y trabajo doméstico.
Tailandia prometió tomar medidas para salir de la lista negra, pero su reputación se vio aún más empañada por revelaciones recientes de Associated Press sobre que sus pesqueros trataban a hombres de Mianmar, Camboya y Laos como si fueran esclavos.
Las autoridades encontraron el campamento el viernes tras un soplo. Policías y rescatistas llegaron a pie al refugio y encontraron un claro con 39 chozas bambú, alojamiento para que durmieran unas dos docenas de personas y algunas letrinas y cocinas improvisadas.
Pero también encontraron un cadáver cubierto con una manta y un débil y enfermo sobreviviente, identificado como ciudadano de Bangladesh antes de que comenzara la exhumación de las tumbas. El sobreviviente dijo a la policía que apenas unos días antes de que llegara la policía, en el lugar había 100 rohingyas retenidos que luego fueron trasladados, indicó el comandante policial Weerasant Tharnpiem.
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